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domingo, 30 de marzo de 2008

Entrevista a Gustavo Schimpp - Primera Parte

Gracias a la paciencia y dedicación de Gustavo Schimpp, a continuación le presentamos las respuesta que nos alcanzara al Cuestionario que le enviaramos, nuestro apreciado amigo pertenece a la penúltima etapa de artistas que publicaron en Editorial Columba (pues consideramos que la última etapa de lo que significa Columba para la historieta sudamericana todavía no ha sido escrita).
Como simples lectores hemos gozado del trabajo de Gustavo cuando "gastabamos pestañas" al encontrar sus ideas y aportes en personajes como Mojado, Martin Hell y Nippur. Gracias a la cercanía que nos ofrecen los grupos organizados en internet, recien el año pasado logramos entrar en contacto y comunicarnos via email, resultado de este intercambio fue la necesidad que tuve de elaborar un cuestionario y enviarselo, espero que las respuestas del maestro y amigo Schimpp nos permitan conocer un poco más de él.
1. Quién es Gustavo Schimpp como persona y ser humano
Soy un típico descendiente de alemanes, con todas sus virtudes y también sus defectos. Mi padre, intransigente, quería que fuera ingeniero: su sueño era que lograra ingresar al Instituto Balseiro. Pero yo, con solo 16 años, ya tenia muy claro que quería ser guionista de historietas. De mi viejo, estoy seguro que dejo esta vida orgulloso de ver que, a pesar de todo, llegue a buen puerto con los sueños que hice realidad. Sobre todo porque recientemente descubrí, ahora que no esta, que a él también le gustaban las historietas desde chico.
Me ha llevado un largo camino ser el guionista que soñé ser. Y siento que recién ahora comienzo a transitar por completo el camino de explotar el potencial gracias a la experiencia.
Mis dos hijos y mi esposa conforman mi familia. Familia maravillosa que me aguanto en los malos tiempos y hoy todos disfrutamos la recompensa, humildemente, merecida a fuerza de tenacidad.
2. Cómo artista y creador cuál ha sido su formación (estudios)
Creo que como muchos profesionales, he sido completamente autodidacta. Siempre leí mucho, de todo además de historietas. Mi padre siempre decía que “el saber no ocupa lugar”. Cuando decidí ser guionista, recuerdo haber leído la frase escritor de viñetas. El sentido común me decía que debía escribir por separado texto e imagen. Años después recibí unos muy buenos consejos del maestro Zanotto. Pero, curiosamente, jamás hable con un guionista profesional.
Salvo la orientación que Manuel Morini (o Gustavo Amézaga, que es la misma persona) intentó darme para adaptar novelas de best-sellers, nunca hable con otros guionistas sobre como trabajar o construir las historias. Aun cuando, en años posteriores, encontré buenos amigos entre mis colegas.
3. Quiénes han sido las personas que más han influenciado en su vida profesional
¡Uff! Eso es largo de enumerar.
Como crecí leyendo revistas de Columba, mis primeros referentes fueron Robin Wood y Ray Collins. Trillo me divertía desde la última página del Clarín cada vez que mi padre lo compraba. Ya adolescente, llegó a mis manos EL ETERNAUTA y Oesterheld me partió la cabeza. Ese fue el quiebre: ahí decidí que eso quería ser. Quería escribir como ese señor que, yo entonces lo ignoraba, ya no estaba entre nosotros.
Luego, desde las paginas de Skorpio, conocí a Ricardo Barreiro, Emilio Balcarce, Carlos Albiac, Hugo Pratt (con su Corto Maltes) y Eduardo Mazzitelli. En Columba redescubrí a Ricardo Ferrari, a Jorge Morhain, a Álvarez Cao. No todos me gustaba todo el tiempo, pero aun en las historias que menos me gustaron me enseñaron muchísimo.
También aparecieron los extranjeros: Chris Claremont, Grant Morrison, Alan Moore y Neil Gaiman, entre muchos otros.
Hoy mi trabajo creo que se asemeja mas al estilo que Ricardo Barreiro le imprimía a las aventuras. Pero me encanta jugar con referencias eruditas o con la cultura popular de otros medios. Si debiera elegir un genero como preferido, ese seria la ficción histórica.
4. Cómo se ha visto influenciado su entorno familiar por el trabajo que realizas
Esta es difícil. Cuando conocí a mi esposa, mi único trabajo era ser guionista. Fue en la época donde Columba intento una renovación. Luego se derrumbo y vinieron las vacas flacas. A mis hijos siempre les pareció normal verme trabajar en casa, todo el día frente a la PC o leyendo libros, trayendo cada vez mas (tanto que hoy llenarían una habitación si no los tuviera repartido en cajas por toda la casa). Las vacas flacas duraron un tiempo, pero volvieron a engordar y hoy todo lo que poseo es gracias a la historieta.
5. Cuáles consideras qué han sido tus aportes a la historieta como género
Seria demasiado pretencioso decir que mi trabajo ha producido algún aporte al medio. Lo que si me animo a afirmar es que, junto a otros colegas, intentamos hacerlo. Y al menos, hemos dejado alguna huella.
Cuando desaparecieron las editoriales en Argentina y la historieta brillaba por su ausencia en los kioscos después de décadas, muchos (guionistas y dibujantes) nos embarcamos en un proyecto de edición independiente al que denominamos A.C.H.A. (Asociación de Creativos de la Historieta Argentina). El resultado fueron cinco números en la calle, en el termino de dos años, de una revista llamada HACHA. Fue un trabajo duro, pero lleno de satisfacciones por el apoyo del publico lector. Pero sus integrantes también debíamos cumplir con los trabajos que nos redituaban económicamente, así que cada vez se hizo mas difícil seguir adelante con el proyecto. A fines de 1997, el grupo acabó disolviéndose. Uno de los personajes que creamos con Horacio Lalia, no pudo ver la luz en la revista: afortunadamente, unos años después cobro realidad en unos álbumes franceses. Ese personaje fue BELZAREK.
Testarudos, algunos volvimos a intentarlo con un prozine (un fanzine hecho por profesionales) llamado ATIZA!. Fueron solo dos números y yo no quería darme por vencido. Así nació CABEZA DE GORGONA, mi primera experiencia (y única hasta ahora) como editor. El emprendimiento no prosperó mas allá del primer numero y 1998 dejo un saldo amargo.
Para el nuevo milenio, quienes hacíamos HACHA decidimos reunirnos para un anual que se publico a fines del 2000: HACHA 2001. Fue tan bien recibida que durante el 2001 sumamos cuatro especiales temáticos bajo el lema HACHA PRESENTA. Luego de eso, la debacle económica del país echo por tierra todos los sueños.
6. Qué significaba para un joven ocupar el segundo lugar y llegar a Editorial Columba
Imaginate: yo tenía 20 años y todas las ilusiones puestas en hacer realidad aquella “vocación” descubierta en las paginas de EL ETERNAUTA. Ya había participado en el concurso de Fierro y hablado con Zanotto en Record. El destino quiso que las puertas se abrieran en una de las revistas preferidas de mi infancia. ¡Y nada menos que con un segundo premio! Ahí nomás, arañando el premio mayor. ¿Cómo explicarlo sin caer en lugares comunes? Solo es entendible para quien ha vivido una situación similar, cuando tus sueños están allí, materializándose. Si bien en esos años no me sentía cerca del estilo Columba, me pareció genial aceptar semejante desafío. Es fácil escribir cuando lo haces como te gusta: ahora tenía que aprender a hacerlo como le gustaba a los editores.
7. Cuáles fueron las etapas que viviste en los años que pasaste trabajando en la Editorial Columba
Siento que me pasa algo curioso: soy uno de los últimos guionistas que tuvo la oportunidad de formarse en una editorial. Me refiero a la editorial como empresa productora de revistas, con estándares de producción y línea editorial definida, con gente que te guiaba en las pautas sobre las que desarrollar tu creatividad. Luego desaparecieron y me sentí a medio camino de mi formación como profesional. Tanto para los viejos lectores como para los que sobrevivieron leyendo, principalmente, lo que venia de afuera yo era un desconocido.
Las etapas Columba me animo a definirlas en tres:
- Posterior al concurso: me propusieron escribir para Robin Wood o adaptar novelas best-sellers. En ese momento yo quería ver mi nombre impreso en la revista, así que acepte la segunda opción. Mi “tutor” fue Manuel Morini y me hizo rescribir tanto el primer episodio que desistí: nunca llegue a terminar mi primera adaptación.
- La renovación: tras unos años en record, vino la renovación en Columba, con una apertura a autores de estilos no tan “columberos”. Igual, trate de contar mis historias mas cercanas al estilo tradicional de la editorial. Esta etapa duró poco mas de un año. Lo curioso es que escribí muchas series y unitarios, de las que se publicaron unas pocas (e incompletas). Pero todo lo que escribí se me pago. ¿Que paso entonces? Un misterio del insondable mundo editorial.
- Robin: tras el fracaso de esa “renovación”, acepte escribir para Robin Wood. Y me saque el gusto de contar historias de mis personajes favoritos: Nippur de Lagash, Martin Hel y El Peregrino. También hice alguno de Mojado y Starlight. De nuevo, todo me fue pagado, pues Robin usaba mis guiones (junto con los de otros colaboradores) rescribiéndolos o simplemente extrayendo el plot o idea. Fue una linda experiencia que, sin embargo, no produjo ninguna influencia profesional en mi desarrollo estilístico.
8. Cómo era la "vida cotidiana" del trabajar para la Editorial Columba
Como la mayoría, el trabajo lo hacíamos en nuestra casa. Algunos, sobre todo los dibujantes, disponían de un estudio. Entonces, un día a la semana, generalmente los viernes, íbamos a la editorial a entregar el material y “discutir” el material entregado la semana anterior. Ahí defendíamos con éxito nuestros escritos. Y si no lo lográbamos, negociábamos los cambios a realizar.
De esos días, era bueno visitar las oficinas o sectores donde se “cocinaba” la revista. Ver al colorista pintando las mascaras de colores sobre un papel manteca y usando lápices de colores; al equipo de diseño como se las ingeniaba para armar las portadas; a la chica que tipeaba los globos que luego pegaban sobre los originales; oír o participar de las conversaciones mas disparatadas entre los guionistas, diseñadores y gerentes. Y una vez al mes te daban un vale para retirar las revistas que se habían publicado en ese periodo.
Pero lo mas agradable eran las reuniones en el bar cercano: guionistas y dibujantes compartíamos un almuerzo o un simple café solo para conversar, criticar a los ausentes (sin malicia) o a otras publicaciones. Y allí, muchas veces, nacían las colaboraciones.
9. Cuáles consideras qué han sido los aportes de Editorial Columba al género de la historieta
Hoy en día hay muchos que dicen que Columba no hacia historietas. Es mas, en sus portadas anunciaban “novelas ilustradas”. Yo creo que si, que eran historietas al estilo Columba. Muchos también dicen que los collages del maestro Breccia no se pueden juzgar como historieta. Por eso, objetivamente, con el correr de los años Columba impuso un estilo de historieta, aunque careciera en su mayoría del elemento crucial para definir una historieta: la narración grafica, la continuidad secuencial. Eran, justamente, lo que se promocionaba en sus portadas. Claro que hubo excepciones por parte de los artistas mas “vendedores”, pero las reglas eran claras: los guiones debían tener bastante texto y entenderse sin la necesidad del dibujo. Y esto es un elemento por el que muchos recuerdan con cariño sus publicaciones: en sus paginas aprendieron a leer, a cultivar ese habito con un nivel superior al de ciertos periódicos amarillistas y populares.
Para mi generación, nos sumergió en un mundo de aventuras comparable a lo que Hora Cero o Patoruzito logro en las décadas previas.
De todas formas, muchos coincidirán conmigo en que resulto ser la primer escuela donde el incipiente artista cobraba por aprender el oficio.
10. Cuáles fueron los orígenes de los primeros guiones que publicaste
¡Ja! Me río pensando en esta respuesta. No afirmaría que sucede con todos los escritores, pero muchas de las historias que yo escribo salen de realizar catarsis por problemas que me aquejan o me preocupan. Es sucedió con la historia que obtuvo el segundo premio: refleja muy bien mi anhelo de ser un guionista de la editorial y, mediante una situación fantástica, resolver una relación conflictiva con mis padres. Afirmo, convencido, que escribir le ha hecho perder mucho dinero a los analistas.
Cuando comencé a escribir para Skorpio, lo hacia tratando de emular la estructura de “The Twilight Zone” o de “Outer Limits”, series que no me perdía bajo ningún concepto en mi infancia.
Claro que desde entonces ha pasado el tiempo. Justamente, hace pocos días, comentaba que se puede comenzar a escribir a cualquier edad, pero recién es personal cuando uno carga con varios años encima, cuando la mochila de experiencias no esta vacía.
11. Cuáles han sido los momentos más agradables y más desagradables que vivieras al trabajar para la Editorial Columba
Bueno, de los agradables he hablado en mas arriba: conocer, codearme como iguales con artistas que admire como lector me sobrepasaba. Aun me sucede con muchos de ellos. No podía asimilar el hecho de estar del otro lado del mostrador. Oír las anécdotas de Presa; la etapa que escribí para Robin y reírme a carcajadas cuando se daba que se hacia presente Walther Taborda. Llegar a casa con el pilón de revistas y ponerme a leerlas como cuando tenia 7 años.
Como desagradable, solo me toco vivir una: la censura. En los comienzos, ciertos temas estaban reservados para Robin Wood, solo él los podía tocar. Drogas, sobre todo. Luego, en la época de renovación, me toco una situación muy fea cuando me pidieron rehacer un episodio completo. En ese momento estaba desarrollando la historia de Manuela Saenz, destinada a publicarse en Intervalo. Allí, ella tramaba amistad con Rosa Campusano, amante de San Martin en Lima. Pusieron el grito en el Cielo, que como iba a decir que San Martin tenia una amante, que se les iba a ir encima todo el Instituto Sanmartiniano. Me “recomendaron” que la hiciera pasar por una amiga y nada mas. Con Bolívar no importaba, pues no era un héroe nacional. Pero San Martin era SAN MARTIN.

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